domingo, 20 de febrero de 2011

LA TERCERA OLA ALVIN TOFFLER

Resumen gerencial:
MARIANELA CONDE GONZALES

LA TERCERA OLA
ALVIN TOFFLER


A través de esta obra, que consta de 25 capítulos agrupados en seis partes, cada una con un título representativo del tema abarcado en la misma, los autores nos proponen un punto de vista interesante para el análisis de: El origen de los conflictos armados a lo largo de la historia de la humanidad, en relación con las tensiones y enfrentamientos producidos en medio de las transformaciones profundas de la suma, en este punto nos encontramos ante el sistema global del siglo XXI, el terreno donde se desarrollarán en el futuro las guerras y los esfuerzos antibelicistas", sentencia el autor. La contienda televisada de los Aliados contra Saddam Hussein es el modelo de guerra 'inteligente' que sustituirá a la guerra convencional. Sin embargo, nuestros estadistas y militares no están mejor preparados para estos cambios de lo que lo estaban los guerreros feudales para asimilar el carro de combate y el avión supersónico. Y, sobre todo, nuevas formas de guerra requieren nuevas formas de conseguir la paz, extremo al que los autores dedican un amplio y agudo estudio.

CONCLUSIONES :

Una de las personas que más tiempo le dedica a pensar cómo serán las sociedades del futuro se llama Alvin Toffler. Hace poco, este personaje estuvo por tierras latinoamericanas, más exactamente, anduvo por Argentina desplegando su pensamiento. No le fue mal.
En Buenos Aires tuvo una audiencia francamente masiva, que le escuchó disertar sobre el impacto que está causando la imparable revolución tecnológica sobre las estructuras económicas, políticas y culturales del siglo XXI. Un tema tan vasto como profundo. En su exposición, Toffler subrayó la importancia de la educación como elemento clave para insertar a Latinoamérica y sus organizaciones en la Nueva Economía.
Y como su audiencia estuvo repleta de gente de negocios, este sociólogo de la era digital destacó el papel que juega la estrategia en toda compañía que se dice dispuesta a dar pelea ante las exigencias de la competitividad.
En otras palabras, para Toffler, sin ideas de largo aliento no hay oportunidad de crecer. Esta idea es
perfectamente válida tanto para la sociedad como para las empresas.
El connotado autor de obras como La Tercera Ola, El Shock del Futuro y Creando una Nueva Civilización (Creating a New Civilization), advirtió en tierras gauchas sobre el riesgo que corre la región ante la profundidad y velocidad de los cambios que afectan al planeta. ¿En qué se basa su tesis? El pensamiento toffleriano tiene tres secuencias: el mundo atraviesa, hoy, por su tercera ola de desarrollo. Luego de una primera ola signada por la evolución de la economía agrícola, y la segunda marcada por la irrupción violenta de la Revolución Industrial, la tercera ola es la etapa del conocimiento, la información y la creatividad. Pero esta ola plantea, también, un nuevo modo de generar la riqueza. Es la etapa que para Toffler implica adentrarse en el umbral del nuevo modo de vida; se trata de una nueva civilización.
Toffler pone freno a las visiones pesimistas que vinculan los vaivenes del mercado bursátil con el colapso de la Nueva Economía en su propio nacimiento. "No comparto esa postura, tampoco la que anticipa una prosperidad interminable. Ambos se equivocan. La bolsa tiene su dinámica y no puede utilizarse como vara precisa de medición de las tendencias. El desarrollo continúa pero habrá altibajos, porque el cambio es profundo y no podrá evitar turbulencias. No se puede tener cambios en la escala de producción sin tener conflictos. Con la Revolución Industrial hubo conflicto en las organizaciones y también en la sociedad".
Las cifras son la parte viva de la teoría de Toffler, En la citada reunión de Buenos Aires dio números reveladores sobre la penetración de la alta tecnología en el mundo de la producción. Por ejemplo: en el planeta hay 20 000 millones de microchips y 400 millones de PCs. Y calcula que para el 2001 estarán funcionando entre 450 y 500 millones de PCs. Por su parte, solo en Estados Unidos. motor de la Nueva Economía, existe más de 100 millones de PCs, lo que representa, en promedio, que hay una máquina de estas por cada 2,5 habitantes. Sin contar a los niños, el promedio se reduce a una PC por cada dos estadounidenses.
Con esta infraestructura, que se apoya en una plataforma tecnológica en constante evolución, las conclusiones de Toffler (y las de cualquier humano que maneja una lógica básica) son evidentes: a estas alturas de la historia de la humanidad, los cambios son imparables. Por lo menos así lo entienden las grandes firmas transnacionales, que están en capacidad de financiar esta revolución, "En estos momentos, un tercio de los trabajadores estadounidenses hace su trabajo en su hogar. Ford Motors está dando a todos sus empleados una computadora y una conexión a Internet por una cifra simbólica. Todos estos factores combinados potencian los cambios que se están produciendo". Sin embargo, no todo es color de rosa. El detalle perverso de la Tercer Ola toffleriana también esta ahí: el alcance de la revolución tecnológica, si bien global e irreversible, nunca ha sido homogéneo ni será equitativo.
El problema es que dentro de la revolución tecnológica ya se han abierto brechas demasiadas profundas. Al punto que la propia Europa siente el fuerte rezago frente a Estados Unidos y actúa con el complejo de hermano pobre que llega a la casa del pariente rico: correr en busca del tesoro perdido. Ahí se explica la alocada carrera de Alemania, España... para importar masivamente cerebros y fuerza de trabajo especializada en las carreras conectadas con la era del microchip. Si los europeos (y Japón no va lejos) están así, piénsese lo que sucede en América Latina. Y si alguien quiere deprimirse más, solo tiene que echar un paseo mental por estos parajes. Pero países como Ecuador pueden tener una oportunidad si sus gobernantes se muestras audaces. Deben salir a caza del cohete llamado Internet y conectarlo con todas las escuelas. El cambio arranca de ahí. Conceptualmente, la ONU acaba de decir que Internet será un instrumento para recortar la brecha entre pobres y ricos. Quizá no sea así, pero hay que hacer el intento.


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